Crear recordación contando historias

La serie norteamericana Mad Men trata sobre cómo se cuentan historias en el mundo de la publicidad. Foto: Carly Lesser & Art Drauglis (vía Flickr).

Por: Diana Luque Lavado.

Nos gustan las historias. Esa es la razón por la que pasamos tiempo frente al televisor viendo series y telenovelas, por la que compramos libros y leemos novelas y cuentos, por la que vamos a cine y hasta por la que ponemos atención a la conversación de dos extraños. Pero cuando del manejo la imagen y de las relaciones de un cliente se trata, se piensa en el producto, el lanzamiento, la estrategia, y se olvida que hay que contar una historia.

No quiere decir que no sea necesario tener una estrategia, escribir comunicados y hacer eventos: con esto es que llamará la atención de los medios y los usuarios finales. Pero si lo que quiere es que los medios publiquen cada palabra, infografía y video que haga, si lo que quiere es ser recordado por todos, ser referente dentro de la industria, lo que debe hacer es tener una historia para contar, y saber hacerlo.

Una buena historia es lo que perdura en la memoria. Cuando se piensa en los grandes escritores de todos los tiempos se evidencia: Homero, Shakespeare, Cervantes, García Márquez. Ellos crearon historias que todos conocen, como el caballo de madera que entra a la ciudad, los amantes trágicos que hablan desde el balcón, el caballero andante y su escudero, las mariposas amarillas revoloteando. ¿Qué empresa no quisiera que su nombre, su marca, su logotipo, tuviera esa recordación eterna?

La serie norteamericana Mad Men, producida por AMC y ganadora de 4 Golden Globes y 19 premios Emmy, trata sobre la vida diaria de Starling, Cooper, Draper & Price, agencia de publicidad de los años cincuenta que se encarga de las campañas más exitosas de Estados Unidos. Don Draper es el director creativo de la agencia y se caracteriza por ser implacable y exigente, pero los clientes lo aman porque transforma sus productos en historias.



Lo primero que Don dice en esta presentación es el motivo por el que es vital contar una historia en las relaciones públicas: hay que crear un lazo profundo entre las personas y el producto. Ese lazo se genera a través de una buena historia, que es lo que hace a continuación. Don la cuenta no solo con su discurso sin con las imágenes que ha escogido, con todos los elementos con los que cuenta, para al final dar el toque final presentando el concepto.

Algunas empresas saben la importancia de contar una historia, un ejemplo fue lo que pasó con Volkswagen el año pasado. El comercial para promocionar el que en su momento fue su nuevo auto, lo que hace es contar una historia –con base en Star Wars, La guerra de las galaxias-, que después se transformó en una campaña con Greenpeace para crear conciencia sobre la producción de dióxido de carbono en la atmósfera. Objetivos diferentes, pero de fondo una misma historia fue lo que hizo que el primer comercial fuera el más visto Internet durante 2011.



El efecto de contar una historia es sorprendente, la gente siempre quiere oírlas, más si son buenas, y mejor si sienten que les tocó profundamente. Intente contar una historia la próxima vez que se reúna con un cliente: piense si es lo que le gustaría oír, si es lo que a alguien que está todo el día ocupado en la oficina mirando cifras y estadísticas le gustaría ver, si es lo que hará que otros quieran decir, como los niños cuando un papá les cuenta una historia: otra más por favor.